jueves, 13 de noviembre de 2008

Borriello en la encrucijada

A nadie se le escapa que un delantero que no marca, por mucho que lo intente, y por muy cerca que esté de lograrlo, no sirve. Marco Borriello regresó en verano a Milán para triunfar. Tras anotar 19 tantos la pasada temporada en el Genoa, el Milan apostó por él para convertirse en su referente en punta. Alrededor de 10 millones de euros costó recuperarle.

Borriello empezó la temporada lesionado, y ahí muchos pensamos que, ante la obligación de Ancelotti de apostar por otros jugadores, sus oportunidades se veían claramente reducidas, que éste podía ser un golpe demasiado duro para un jugador que, a pesar de sus registros, llegaba suscitando algunas dudas. Pero Marco se recuperó y Carlo Ancelotti apostó por él, colocándole como único punta, aparcando al Pippo Inzaghi y al jovencísimo Alexandre Pato, y, por supuesto, dejando en el más absoluto ostracismo a un Shevchenko que disfruta de una jubilación decente en la ciudad donde triunfó.
Marcó frente a la Reggina en la cuarta jornada, pero volvió a lesionarse. Tres semanas después reapareció, de nuevo como titular, y no ha vuelto a anotar.

Lo ha intentado por activa y por pasiva, de cabeza, de volea, en el uno contra uno... Borriello ha dispuesto de más de una decena de ocasiones claras para ganarse la confianza de la afición rossonera, pero no ha logrado acertar. Como es lógico pensar en un jugador que debe reafirmarse, la ansiedad se lo está comiendo vivo. Es evidente. El domingo pasado dispuso de hasta cuatro ocasiones clarísimas de gol para lograr cortar la mala racha. Incluso tuvo un par de remates más que no era descabellado pensar que podía convertir en gol. Pero no hubo manera, a ratos un control demasiado largo, la oportuna intervención de Souleymanne Diamoutene sobre la línea de gol, el colocar mal la bota para fusilar a bocajarro... no hubo forma.

A pesar de la realidad, y el comprensible enfado de la afición, Ancelotti parece que seguirá apostando por él este próximo fin de semana contra el Chievo. Pato refunfuña en el banquillo y la afición vierte viscerales comparaciones con Alberto Gilardino en internet. Borriello debe marcar.

Esta vez en casa, frente a uno de los rivales más débiles del campeonato. Borriello sabe que goza de la confianza del cuerpo técnico, pero debe marcar, debe superar su ansiedad, anteponerse a la mala suerte en los últimos partidos y marcar.
Marcar, marcar y marcar. De una vez. Porque, por mucha paciencia que pueda tener el banquillo, al final, la realidad cae por su propio peso, y dos partidos más sin marcar le conderán al banquillo para el resto de la temporada.

Para interesados, aquí el escaneo de un artículo sobre el tema, en italiano.

Y aquí el resumen del Lecce 1 Milan 1 del día 09 de Noviembre, donde podreis ver las oportunidades de Borriello:

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